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Para muchos profesionales de la salud, el precio es uno de los primeros factores al elegir scrubs. Por eso surge una pregunta muy razonable: ¿los scrubs baratos realmente duran lo suficiente o solo funcionan a corto plazo?
La realidad es que no existe una respuesta única. La experiencia puede variar mucho según cómo y dónde se usen.
En el uso cotidiano, especialmente al inicio, muchos scrubs económicos cumplen con lo básico. Se ven bien, resultan cómodos y permiten trabajar sin problemas aparentes.
Esto suele ocurrir cuando:
En estos casos, el precio bajo no necesariamente se traduce en una mala experiencia inmediata.
Más allá del costo, hay factores que influyen directamente en cuánto tiempo se mantiene un uniforme en buen estado. La frecuencia de lavado, el tipo de detergente y la intensidad de la jornada influyen más de lo que muchos imaginan.
Un scrub económico usado pocas veces por semana puede durar más que uno más caro sometido a uso diario sin rotación.
En ciertos escenarios, los scrubs de menor precio pueden empezar a mostrar signos de uso antes. Esto no siempre ocurre, pero es más común cuando:
Aquí no se trata de que “sean malos”, sino de que no todos están pensados para el mismo nivel de exigencia.
Para muchas personas, los scrubs económicos siguen siendo una opción práctica. Funcionan bien como:
Cuando el objetivo es cubrir una necesidad concreta y bien definida, pueden ser perfectamente suficientes.
Los scrubs baratos pueden durar lo suficiente en determinados contextos, pero no en todos. La clave está en evaluar el uso real que se les dará y no solo el precio de compra.
Elegir con claridad según tu jornada, frecuencia de lavado y entorno de trabajo permite tomar una decisión más acertada y evitar decepciones innecesarias.
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