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En el trabajo sanitario, el uniforme no es solo ropa: es una herramienta esencial para garantizar higiene, comodidad y una buena imagen profesional. Por eso, saber cuándo reemplazar tus uniformes médicos viejos es tan importante como elegir los nuevos.
A continuación encontrarás las señales más comunes que indican que tus scrubs ya cumplieron su ciclo de vida.
Con el tiempo y los lavados frecuentes, la tela pierde densidad.
Si notas que el uniforme se ve “gastado”, translúcido o más frágil en zonas como rodillas, codos o entrepierna, significa que ya no ofrece la cobertura ni la resistencia necesarias.
Los uniformes médicos están diseñados para resistir lavados intensos, pero aun así llega un punto en que el color pierde vida.
Un scrub con tonos irregulares, con zonas más claras o con aspecto opaco transmite una imagen de desgaste y puede afectar la percepción de profesionalismo.
Si el color ya no se recupera, es momento de cambiarlo.
Este es uno de los signos más importantes.
Cuando la tela se satura de sudor, desinfectantes o fluidos corporales a lo largo del tiempo, los olores pueden quedar atrapados incluso con lavados profundos.
Esto indica acumulación de bacterias y deterioro de fibras.
Un uniforme que huele “a viejo” ya no es higiénico.
Si tus scrubs antes eran cómodos pero ahora aprietan, se sienten pesados o limitan el movimiento, la tela ya no trabaja como antes.
La pérdida de elasticidad suele aparecer en:
Cuando moverte cuesta más que antes, el uniforme ya cumplió su vida útil.
El pilling (bolitas), las fibras levantadas y la textura rugosa son señales de desgaste natural.
Aunque no afecten la higiene, sí comprometen la estética y la comodidad, y dan un aspecto descuidado.
Si el scrub se siente áspero en la piel o luce deteriorado, es mejor reemplazarlo.
Depende del uso:
Si rotas varios uniformes durante la semana, su vida útil puede ser más larga.
Algunos hábitos ayudan a que no tengas que reemplazarlos tan rápido:
El mantenimiento correcto puede extender la vida útil entre un 20% y 40%.
Saber cuándo reemplazar tus uniformes médicos viejos es clave para mantener higiene, comodidad y una imagen profesional impecable.
Si notas alguno de los signos mencionados, lo mejor es renovarlos a tiempo para seguir trabajando con seguridad y confianza.